29/11/10

La ciudad que a medianoche ríe

Vigilantes del fuego en el cielo
frágiles, mira sus trajes suaves como la piel quemada, siluetas
con las manos vacías de imágenes antiguas,
de canciones y promesas, pierden
los recuerdos
por el desagüe de la garganta que grita en el silencio

Ésta será mi vida, tal vez la tuya
dentro de algunos años, bombillas rotas y libros secuestrados

Pero imagina otro lugar
con la fuerza de las miradas cómplices
la pasión entre las sábanas,
los ideales que germinan, los diálogos que nunca
se rompen del todo.
Y, más, las palabras
al oído y en el eco de las calles, grabadas
en las huellas que todavía te quedan por pisar

Todos los relojes se detienen y los mapas se borran
la ciudad que a medianoche ríe
está esperando



23/11/10

Camboya y lo que vale una vida

Fotos, titulares y agencias hambrientas mientras pasa la tarde. Carreras desde este teclado hasta otra pantalla unos cuantos metros más allá. Más allá de este lugar, de este suelo, de estas luces fluorescentes... hay países rotos, arruinados, inundados, enfermos, casi muertos. Paises a los que nadie echaría de menos si desaparecieran del mapa.


Y entonces, cuando estoy contando los minutos para irme, cuando ya he redactado unas tres veces que en Camboya han muerto cientos de personas por una avalancha, viene uno de los jefes del periódico. Un tipo con el pelo canoso que se pasea mucho por ahí con las manos en los bolsillos. Escribe asiduamente en la zona de los "protegidos" (también llamada Opinión).

-¿Lo de Camboya como mucho será un breve, no?

Mi jefe responde:

-Son más de 300 muertos. (339, más concretamente, repito en mi cabeza). Lo vamos a dar más grande. Más de media página.

El jefe originario parece sorprendido.

-¿Sí? ¿A cuánto está la vida de un camboyano?


El mundo no se para después de esa frase. Me doy cuenta de que estoy tan acostumbrada a oirlo y decirlo, que ni siquiera siento un escalofrío, o un remordimiento. Durante un instante, intento imaginarme allí, en ese río maldito que se ha convertido en una pesadilla. Pero es eso: un instante.

La crueldad está rozando con el sentido práctico. La hipocresía va de la mano con las buenas intenciones. Y en Camboya, esta noche, seguirá subiendo el número de víctimas.

19/11/10

Escondites

I

Te pido los días que no existen y me das un murmullo
Que se apaga como las sombras saladas de una caracola

Te quiero pero no consigo componer las letras
que forman los peldaños de este érase una vez
de guisantes y sangre azul

Suena un piano y el vino está servido:
la piel se eriza
secretos al oído
las yemas de los dedos
están ardiendo

Te pido cada caricia entre caricia
Quédate
y podrás tocar el horizonte,
quédate,
los rayos rojos ya han llegado.




II

Detrás de las enredaderas ásperas como piel de lagartija
Al final del enjambre de callejones testigos de los siglos
En una mirilla protegida del huracán hambriento


Escapar, desaparecer, escapar de nuevo
porque nuestros ojos soportan demasiado peso y nuestras manos
son músculos sin vida incapaces de agarrarse a nada

. . . . . . . . . . .
Nota : La lectura puede mejorar considerablemente con esta bella canción (versión de la de Radiohead)




18/11/10

Sáhara sufre en el desierto

"Si puedes esperar sin que te canse la espera". Ojalá...Pero a veces, falta paciencia y sobra hipocresía. Falta voluntad política y la desesperanza se convierte en la plaga de este siglo y este tiempo. La frase, de un famoso poema de Rudyard Kipling, podría ser el título de la historia sin final feliz del Sáhara Occidental.

Los acontecimientos de los últimos días en El Aaiún me han impactado y cabreado. Por eso he buscado información y me he decidido a escribir de nuevo. Intento comprender qué está pasando y qué diablos hago con esta sensación de que el Estado español (al que estoy vinculada por algo más que por mi nacionalidad) no hace absolutamente nada por intentar solucionar un conflicto en el que tiene una responsabilidad evidente, por mucho que este Gobierno (o cualquier otro) lo haya negado, lo niegue y lo siga negando.

Aunque hay todavía muchos datos que me faltan sobre el Sáhara(territorio que limita con Marruecos, Argelia, Mauritania y España), sí puedo hacer un breve resumen para situarme y situaros (algo me dijeron en la Universidad sobre la importancia del contexto)

La historia y la memoria

La complicada historia de este lugar en medio del desierto se remonta a miles de años atrás. Pero, para hacerlo más fácil empezaré en el siglo XIX. Hasta entonces, el Sáhara estuvo más o menos libre de ocupación extranjera. Pero todos sabemos qué es el colonialismo. En el Congreso de Berlín de 1884, España logró la concesión de lo que ahora es el Sáhara como “territorio a colonizar” y efectivamente se instaló en el territorio en 1934.

Hasta mediados del siglo XX las tensiones se sucedieron en el territorio entre dos potencias colonizadoras, Francia y España. En 1955 España ingresó en Naciones Unidas. Debía por tanto respetar todos los principios fundacionales de la organización. Justo en aquella época se estaba debatiendo la necesidad de que los pueblos sometidos a colonización fueran sujetos del derecho a la libre determinación de los pueblos: el que tienen los pueblos para decidir su gobierno y estructurarse libremente, uno de los principios básicos del derecho internacional público.



El caso es que en los albores de los años 60, España, para cubrirse las espaldas, decidió convertir al Sáhara en una provincia española más (Decreto de 10 de enero de 1958 y Ley 8/1961 de 19 de abril). Poco después, en 1975, se firmó la ‘Declaración de Principios sobre el Sáhara Occidental’, que consolidaba el abandono del territorio por España en 1976 y que formalizaba la cesión del territorio del Sáhara a Marruecos y Mauritania. Estos acuerdos son ilegales, vulneran el Derecho Internacional, concretamente el artículo 73 de la Carta de Naciones Unidas ( "Los Miembros de las Naciones Unidas que tengan o asuman la responsabilidad de administrar territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio, reconocen el principio de que los intereses de los habitantes de esos territorios están por encima de todo").

Más o menos al mismo tiempo que esto sucedía, comenzó la “Marcha Verde” de Marruecos para invadir el territorio. El Frente Polisario respondió con mayor vigor del que se pensaba, Mauritania se retiró en 1979 y Marruecos finalmente ocupó el territorio, bombardeando a la población. En 1991, Marruecos y el Frente Polisario firmaron el alto al fuego auspiciado por la ONU que desde entonces estableció allí una Misión para el Referéndum (MINURSO).

La historia desde 1991 hasta ahora es una sucesión de abandonos y fracasos, discriminación, negociaciones fallidas y observadores sucesivos de Naciones Unidas. Por supuesto, no ha habido referéndum alguno.

Responsabilidades y decepciones

¿Qué ha sucedido ahora? El Ejército marroquí desmanteló brutalmente el campamento pacífico de Gdeim Izik, en el que estaban instaladas unas 20.000 personas, que protestaban por considerar que Marruecos les discrimina, protestaban para conseguir unas condiciones de vida dignas. La mañana del ocho de noviembre, cuando estaban dormidos, los soldados entraron en el campamento y lo destrozaron.


Desde entonces el baile de cifras ocupa las portadas y los titulares. Marruecos da su versión de los hechos y el Polisario una radicalmente diferente. No se puede comprobar la exactitud de (casi) nada porque El Aaiún está clausurado, cerrado a cal y canto, es un lugar prohibido para los periodistas. Algo tendrá que ocultar Marruecos cuando está tan ocupado en expulsar a cualquiera que vaya a contar qué está pasando.

Aquí, en España, el Gobierno no denuncia ni las muertes (hay tres confirmadas oficialmente, aunque el Polisario afirma que son muchas más), ni las torturas (conocidas a través de saharahuis que las han sufrido, algunos con pasaporte español), ni las detenciones masivas (Marruecos ha transformado escuelas en centros de detención). Dice Trinidad Jímenez que no tiene pruebas, que sólo son opiniones. Quizá no sepa la diferencia entre un testimonio y una opinión. Quizá no lea los periódicos, ni vea las noticias.

No. Simplemente, España está preocupada en defender sus intereses ecónomicos con Marruecos. No es sólo por los acuerdos de pesca. También están las armas que España vende a Marruecos. Y el fosfato, una materia prima muy suculenta. Y el Estatuto Avanzado de Marruecos, que le convierte en un socio privilegiado de la Unión Europea, que, por cierto, tampoco se ha manifestado.

Trinidad Jímenez, ministra de estreno, que hace sólo unos años se colocaba la pegatina del Sáhara Libre, se defiende de las críticas diciendo que es prudente , que la ONU debe pronunciarse (tampoco está por la labor) y que España no tiene ninguna responsabilidad legal. Esto último es falso, espero haberme explicado párrafos antes).

Mientras tanto pasan los días y, aunque parece que lo peor ya ha pasado, el pueblo saharaui sigue  acorralado y maltratado por el Ejército marroquí. De vez en cuando ondean algunas banderas reivindicativas por las calles de Madrid, diminutas entre una asamblea de sordos y ciegos. Se oyen gritos de guerra aunque si ésta llega, sería casi un calco de la historia de David y Goliat.

Lo peor no es que el Gobierno calle (si gobernara el Partido Popular tampoco habría denunciado nada), lo peor es que este ni siquiera cuando este conflicto, demasiado largo ya, estalla de forma tan virulenta, cuando se cometen verdaderas atrocidades, ni siquiera entonces los líderes políticos ni tampoco la ONU son capaces de solucionar de una vez por todas la situación de un pueblo que quiere decidir por sí mismo.Ya se lo preguntaron otros antes: "¿Cuántos años tienen que existir algunas personas antes de que puedan ser libres?"