30/5/10

Cosas que NO me gustan

Es probable que hoy tenga un día malo. Como terapia al desánimo, la vagancia y la negatividad, ahí va una lista de cosas varias que no me gustan un pelo.

-Los políticos de este país. Impresentables, ridículos, ladrones, corruptos, egocéntricos. Su principal ocupación es lanzarse insultos como piezas de lego en una pelea entre niños enrabietados. Su frase más repetida, me da igual en qué bando o en qué lado del hemiciclo, es “Y tú más”. Algunos provocan en mí un cambio de canal instantáneo: metamos en este saco a Rajoy con su ojo pestañeante en los momentos de nervios y su grito de guerra que nada tiene que envidiar a Mel Gibson en Braveheart: “Paco, te queremos”; o a Leire Pajín, ese cura de pueblo que da sermones soporíferos metido en un cuerpo de mujer (podría hacerse mirar lo de su asesor de imagen, por cierto). Otros me incitan al asesinato: Rita Barberá y su papada, o Esperanza Aguirre y su pico de oro, esa mujer experta en hacerse la sueca y en hacerse fotos, esa líderesa de los calcetines y las sandalias. Ay señor, ya se me ha revuelto el estómago. Y perdón, dije políticos y en realidad quería decir politicuchos. Basta una palabra, contundente y concluyente. GEN TU ZA. Ea.

- El mal olor. Es precisamente ahora, día 30 de mayo (ya podemos despojarnos del sayo, esa prenda tan moderna) el momento perfecto para hablar del sudor, tufo u olor a humanidad. En esta hermosa época del año en que el calor empieza a apretar, muchos individuos ignoran cuán necesario es, para la convivencia pacífica y la alegría cotidiana, ducharse una vez al día. “Pero si es olor corporal, qué exagerada”, responderán algunos. Pues tu olor corporal apesta, querido. Y no, atizarse desodorante encima de la mugre no es la solución. Madrid limpio. Pero no solo las calles, amigo mío, sus habitantes también deben serlo.

- La maldita crisis. Ese monstruo, ese pulpo que todo lo engulle, ese abominable ser que nos traerá la ruina (el dramatismo es la esencia de la vida). Esta crisis ha cometido una gran insensatez, motivo por el cual mi odio se agudiza: atacar justo en el momento en que la que escribe y otros contemporáneos nos vamos a tirar a la piscina del mundo de buscarse el pan o las habichuelas. Ojalá no nos choquemos de bruces contra la piedra –sería doloroso- y haya un pequeño charco que en el que flotar….Dicen por ahí que ante la adversidad el ser humano se vuelve más creativo e imaginativo. ¡Genial! Lo que nos faltaba, que el pequeño charco se llene de periodistas….

-Las nuevas generaciones de adolescentes. Si creíais que Física y Química era la viva imagen del fracaso de la educación, de una juventud perdida e ignorante, os equivocabais. Como siempre, la realidad supera con creces a la ficción. No sé si es que mi oído se ha vuelto más exigente con la edad, pero juraría que los adolescentes de hoy conspiran para dejarnos sordos a todos. Gritan mucho, en la calle y en los bares, en las bibliotecas y los autobuses, ebrios o sobrios, en verano o en invierno. Y lo que es peor, ¡no dicen absolutamente nada interesante! Es más, en ocasiones, (intuyo que cuando están afónicos), utilizan sus potentes móviles como sustitutivos de su delicada voz y nos martirizan (esto es así) con canciones que no merecen ni ese nombre. Es el colmo, vamos. Por no hablar de los nombres que gastan, claro. Desde aquí pido a todas las futuras madres del mundo que recuperen los preciosos nombres clásicos.

Aunque esta sesión de desahogo ha sido muy útil (espero que para vosotros al menos haya sido entretenido), creo que estoy llegando al límite de palabras permitidas por entrada. Antes, no obstante, quiero dejar una lista de otras pequeñas cosas que no me agradan. Para que se vayan con buen cuerpo.


- Los cafés con leche que te venden como “templados” cuando en realidad es lava de algún volcán islandés.

- La mayoría de la ropa femenina. Las mujeres de tetas enormes, cintura de avispa y culo escaso no existen. Amancio Ortega, por favor, haga algo. Seguro que sus empleadas en China comparten esta y otras quejas.

- Las botellas de leche en el frigorífico que, bajo una apariencia de medio vaso o vaso y medio, sólo contienen cuatro gotas de leche. En este caso, admito que mi desidia y yo somos parte del problema, pero de mis defectos hablamos otro dia.
- La gente que se cuela; los que insultan a la mínima; los amigos que te hacen una perdida para que les llames; los amigos perezosos que te dicen lo mucho que te adoran y nunca jamás dan señales de vida; los madrugones, las resacas, los plantones.

- Los pantalones blancos, la fruta excesivamente madura, las tormentas de arena en la playa, las invasiones de polillas; muchos bichos pequeños, las chicas que llevan botas y minifalda, los peluqueros que se creen que están podando árboles en vez de estar cortando delicadamente las puntas, los conductores asesinos que se saltan los semáforos, los perros con mala hostia, las personas detrás de un mostrador que no colaboran, ni ayudan, ni sonríen.
- La mayoría de los anuncios de la radio; los tertulianos rancios; los test de actualidad; la pregunta “¿qué es el periodismo para ti?”; la manipulación que inunda todo; esa tipeja hortera que (también) grita demasiado, dice que baila y que mataría por su hija, se droga y se opera la nariz y por contarlo cobra más de lo que cualquier periodista honrado va a cobrar en toda su vida; que el espacio dedicado al deporte en la televisión ocupe lo mismo o más que lo que se dedica a la cultura; que para ser presentadora haya que ser mona y para ser presentador no; de las diferencias ofensivas entre el sueldo del periodista estrella y el periodista trabajador; y sobre todo que la mayoría de los grandes grupos de comunicación de este país sobrevivan gracias a cientos, miles, de becarios que aunque están hasta las narices no lo dicen porque temen no tener ni siquiera eso.

Supongo que mañana será otro día.
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(Fotos de flickr cc)

24/5/10

Clic

Todas las mañanas estaba sentada en la parada de autobús enfrente de mi casa. Llevaba vestidos de colores incluso cuando llovía con rabia en la ciudad. Miraba a un punto fijo, los hombros caídos y apretaba el puño izquierdo, como si estuviera escondiendo algún tesoro. Esperando un autobús cualquiera.

Yo me quedaba mirándola durante unos segundos antes de girar en la segunda calle para ir al trabajo. Pero pasaban los días y los meses, y esa chica seguía allí. Entonces decidí hablar con ella, preguntarle quién era, qué guardaba en su mano, saber al menos si tenía frío en las piernas.

Con la puerta de la entrada medio abierta miré al frente. Caminé decidido hacia donde estaba. Pero de repente, al cruzar la calle, llegó un autobús y ella corrió para cogerlo. La misma escena se repitió durante varios días.

Un lunes que empezaba a oler a junio y piel desnuda la chica de los vestidos decidió no huir.

“¡Hola!”- dije, por decir, sin saber qué añadir. Ella sonrió un instante pero no dijo nada

“¿Por qué siempre estás aquí?”

Su mirada era triste. Mucho más triste que un día que se acaba. Sus ojos eran cicatrices y corazones rasgados. Todavía no había dicho nada. Entonces abrió la mano izquierda mostrando lo que guardaba. Era una llave pequeña. Me la dio

“¡Espera, espera! ¿Por qué me das esto? ¿Qué es? ¿No vas a decir nada?”

Negó con la cabeza. En ese momento frenó un autobús y  ella, otra vez, se subió en él. No me dio tiempo a atraparla y me quedé allí, sin moverme, sin entender, mirando como un idiota aquella llave.

Al día siguiente bajé a buscarla, para pedirle explicaciones, para decirle que había visto esas heridas en sus ojos. No estaba allí. Pero en la parada había una maleta de cuero marrón rodeada de curiosos. Instintivamente saqué aquella llave del bolsillo del pantalón. Clic. Sí, se abría.

“No se preocupen. La maleta es mía, he olvidado recogerla” y subí a casa antes de que aquellas personas empezaran a dudar.

Ya arriba, miré a aquella intrusa y finalmente me decidí a abrirla.
Estaba llena de páginas escritas. En la primera de ellas había una fecha “2 de Junio de 2009”. Justo el día en que la había visto por última vez.

Quiero que cuentes mi historia. Sé que estás pensando que no me conoces. Yo sí te conozco a ti. Llevo observándote mucho tiempo. Por favor, escribe mi historia. Yo no puedo hacerlo, no me queda tiempo”

Sentí que me ahogaba. Empecé a remover como un loco el contenido de aquella maleta. Páginas y más páginas, algunas fotos, cartas y fechas que retrocedían en el tiempo “2008, 2007 …1974”. Y, al fondo de todo, un vestido de flores rojas y verdes. Con el vestido entre las manos me asomé por última vez para mirar la parada del autobús y entonces, decidí empezar a leer.

17/5/10

Mis 10 canciones (y una más)

La verdad es que no soy muy de hacer listas, y en cuanto a música, tengo una tendencia enfermiza a saltar de canción en canción intentando descubrir una que me sorprenda. Qué exigente, direis. Más bien impaciente y un poco rarita. El caso es que me he decidido a hacer mi propia lista de las 10 grandes canciones de mi vida (o más bien, de mis 24 años, no quisiera dar a entender que planeo morir retirarme del mundo hoy mismo).

Antes de que subaís el volumen, algunas advertencias: para empezar, son 11y no 10 por la misma razón que alargo cinco minutos el despertador cada mañana; para seguir, es una lista que mezcla sin criterio canciones recientes y ancianas; y para terminar, algunos ya sabeis de mi carácter un poco nostálgico con brotes de melancolía ....Pero enfin, sea como fuere, a mí me parece que son 11 temazos. Ahí van

1) The Beach Boys - Barbara Ann
Hace 10 años decidí instaurar una bonita costumbre en mi casa. Consistía en recibir a mis amigas (el número 2 de Cartagena siempre ha estado muy animado) deslizándome por el  largo pasillo de casa cantando y bailando rock&roll. La costumbre duró algunos meses. La canción se quedó.


2) Neil Young -Alabama
 "Harvest" de Neil Young es uno de los mejores discos de la Historia de la Música. Podría haber escogido cualquier canción, pero tengo predilección por esta.


3) Silvio Rodriguez- Ojalá
Una canción que ha conseguido ponerme la piel de gallina durante mucho tiempo. La letra es poesía pura.

4)The Animals - House of the Rising Sun
Una preciosidad. Empieza bien y acaba mejor.

5) Quique González- Se nos iba la vida
Un día, hace varios años, se cruzó en mi camino un chico que me descubrió las canciones de Quique por primera vez. Luego éste chico se fue (nada es para siempre) y yo empecé a  escuchar compulsivamente las canciones del Gran Quique González. Muchas amigas se contagiaron y juntas le vimos en directo una y mil veces en Galileo y en Clamores, porque enonces todavía no llenaba el Palacio de Congresos. Es muy dificil escoger sólo una canción suya, pero ésta es de esas que no me canso de escuchar.

6) Leonard Cohen - Chelsea Hotel nº2
Casi nunca una canción me ha hecho llorar. Esta sí. Tal vez porque, junto a la canción numero 7 de esta lista y alguna otra de Leo Ferré o Camarón, me recuerda a mi padre; él fue quién me enseñó las maravillosas canciones de Leonard Cohen, tan poeta como músico. Y, además, esta canción, para quien no lo sepa, es un homenaje a Janis Joplin, a quien con mucha pena he tenido que quitar de esta lista porque no cabía. Definitivamente, una de las importantes. (otra advertencia: en el video, la canción empieza en el minuto 2:30, pero las palabras previas del señor Cohen son muy interesantes).

7) Janis Ian - At Seventeen

Una canción muy triste (estabais advertidos) pero muy bella. También descubierta entre los vinilos de mi casa, luego escuchada en CD (aquella época lejana en que compraba tantos libros como cedeses). Espero, en todo caso, que conserveís mejores recuerdos que Janis de vuestros 17, una edad difícil se mire por dónde se mire.

8)Antonio Vega-  El Sitio de mi recreo - No es sólo un homenaje porque se haya ido. Es más que eso. Y, aunque  de nuevo me cuesta elegir sólo una canción, ésta es la que con más frecuencia aparece, suena, y me emociona.

9) Damien Rice - The Professor and La fille danse

El año que estuve en Paris descubrí muchísima música. La voz de este irlandés me ha acompañado desde entonces, y aunque son muchas las canciones que merecerían estar aquí (Older Chests, The Blower's Daughter), esta se merece un trato de favor. Quizá sea por la mezcla de idiomas. O el cambio brusco a mitad de la canción.

10) Jose Gonzalez - Killing for Love
Por mi amor a todo lo sueco (ahí están Mankell y Larsson, y grupos maravillosos aunque desconocidos como Hello Saferide), este último puesto es para Jose Gonzalez (el apellido le delata, es medio sueco medio español). Afirmo sin miedo a equivocarme que su disco, "In our Nature" (2007) es uno de los imprescindibles de la década. 


11) (Canción después de los aplausos) Bright Eyes - First Day of my life
Premio para los que todavía siguen leyendo sin haber caido en una depresión profunda. Esta canción es toda una declaración de intenciones, optimista y preciosa. Una canción por todos esos días en los que sentimos que vamos a conseguir hacer lo que queramos, enamorar a quien nos enamora, disfutar de cada cosa que nos pasa. Sí, me he pasado de sentimental....espero que el video os guste.


16/5/10

No se trata sólo de Garzón.

Vivimos en un lugar extraño. El único país europeo con miles de cadáveres enterrados bajo tierra sin que se lleven a cabo políticas públicas para solucionarlo. Un país en el que basta un puñado de titulares y un par de declaraciones para que se enciendan los ánimos. Un país en el que hablar del franquismo es ir directo al saco de los “fachas” o el de los “rojos” y se abre la Caja de Pandora del resentimiento y el odio; un odio que con el paso de los años se ha vuelto rancio y peligroso, más irracional que nunca.

Aunque quiero con locura el lugar en el que vivo, muchas veces me avergüenzo. Vergüenza es lo que siento con el juicio a Garzón por presunta prevaricación por querer investigar los crímenes del franquismo. Porque hay demasiadas cosas que huelen a podrido en todo esto.

Existen dos análisis, irremediablemente unidos: el jurídico y el político. No me parece bien que los defensores de Garzón se escuden en la larga lista de los éxitos de un juez que, aunque valiente, también ha cometido muchos fallos. Tampoco entiendo que los que atacan a Garzón se valgan únicamente del argumento legal que, aunque cierto, es insuficiente. Porque aquí no entran sólo cuestiones legales e incluso cuando se habla de la ley, tampoco hay verdades absolutas.


Quizá convenga refrescar la memoria y rescatar algunos hechos. El juez del Tribunal Supremo, Luciano Varela, decidió admitir a trámite una querella presentada conjuntamente por el sindicato ultraderechista Manos Limpias y Falange Española de las Jons (ésta fue expulsada del caso). Aunque esta no es la única acusación contra el juez Garzón (falta por resolver qué pasará con el Banco Santander y con las escuchas ilegales del caso Gürtel), sí es la más importante, la más mediática, la que nos saca los colores en otros paises, la que deja ver los fallos de unas instituciones sólo aparentemente sólidas.

El viernes pasado unos cientos de personas protestaron frente a la Audiencia Nacional porque el Consejo General del Poder Judicial había decidido la la suspensión del juez Garzón. Quizá no fue lo correcto pero, a veces, los sentimientos pueden más. Digo quizá porque esa suspensión obedece en todo a la ley; es una medida cautelar que se aplica a cualquier juez que esté siendo enjuiciado. Pero aunque la decisión sea legal, resulta cuanto menos curioso que se adoptase en reunión extraordinaria (qué rapida es la Justicia a veces) justo el día después de que Baltasar Garzón solicitara su traslado a la Corte Penal Internacional. Y es que un juez que no está en activo en principio no puede solicitar su traslado.

Esto no es lo único que chirría. Luciano Varela denegó las pruebas solicitadas por la defensa de Garzón y, teniendo pendiente la resolución del recurso presentado contra esa decisión, ordenó la apertura del juicio oral. En cambio, el escrito de acusación de Manos Limpias ha sido corregido no una sino hasta tres veces (la última fuera de plazo) y, lo que es más sorprendente, en la corrección de ese escrito ha intervenido, directamente, el mismo juez que instruye la causa: Luciano Varela. Esta actuación, de dudosa legalidad hizo que Garzón solicitara la recusación de este juez, pero también ésta ha sido rechazada. Mientras tanto, por cierto, el Tribunal Supremo sigue sin responder la solicitud planteada por varias Asociaciones de Memoria Histórica para presentarse en el caso.

Mencionarán los detractores de Garzón la Ley de Amnistía de 1977. Pero yo me pregunto, ¿acaso no se puede poner en duda no ya la legalidad de esa ley sino que incluso puedan existir otras vías para juzgar a quienes cometieron delitos durante el franquismo? En cuanto a lo primero, no está de más recordar que en 2008 el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas recomendó al Estado español la derogación de la Ley antes mencionada. Además, también podríamos acordarnos de Argentina (que manía tenemos aquí de mirarnos al ombligo), cuya Ley de Punto Final fue anulada hace algunos años. Y en cuanto a lo segundo ¿qué pasa con el Derecho Internacional y la imprescriptibilidad de algunos delitos, entre ellos el genocidio o los crímenes de lesa humanidad? Según dice hoy en EL PAIS el juez de la Audiencia Nacional José Ricardo de Prada, no se le puede dar a la Ley de Amnistía el valor de “ley de que blindaría e impediría cualquier investigación sobre los crímenes del pasado”. Aunque muchos de los culpables de los crímenes no puedan ser condenados, si podrían ser, al menos, juzgados. Pero es que además, investigar el franquismo es también investigar las desapariciones de niños, asunto sobre el que todo el mundo calla.

En todo caso cabe por lo menos esperar en un país democrático el valor simbólico de una sentencia, la voz de un Estado que reconoce los trágicos errores del pasado y permite en lo posible reparar a quienes siguen sufriendo las consecuencias de los delitos y las desapariciones. No está de más recordar que desde que el juez Baltasar Garzón se inhibiera a favor de los juzgados territoriales en el tema de las de las fosas comunes, este país se divide entre las autonomías que sí ayudan a las familias en las exhumaciones y las que ponen obstáculos para ello. Una muestra más de la extrañeza nacional. ¿Es ingenuo pretender que todos los partidos políticos se pongan de acuerdo con el aparato institucional para permitir que las familias entierren a sus muertos donde quieran?

Si hay algo incomprensible en todo esto es que al final España no sea capaz de juzgar su propia dictadura. Buena parte de la sociedad española considera que todavía hay mucho que hacer para curar las heridas abiertas en 1936, sangrantes durante el franquismo. No sé que opinareis vosotros. Pero a mí me parece sorprendente seguir discutiendo sobre lo que pasó hace más de 30 años. No es egoismo, es perplejidad al descubrir que el resentimiento en este país está condenado a reaparecer como una enfermedad que no tiene cura. Salvo que, informándonos, discutiendo y hablando, avancemos.

13/5/10

Al principio de todo, el amor

El ser humano es tan simple que le basta una mañana de lluvia para ponerse tontorrón, nostálgico o incluso romántico. Ah, el amor. Qué decir sobre él. Inunda canciones, abriga a los poetas, consuela en los desastres… pero lo cierto es que es una de las cosas más difíciles de explicar.

Pues bien, tengo un mensaje que dar. A todos aquellos que no se han enamorado, los escépticos, los pesimistas y los que se ríen de toda esa historia de medias naranjas y almas gemelas…..un día os tocará, es vuestro destino. No lo digo yo, lo escribió Platón hace unos miles de años en un libro llamado “El Banquete”. Espero que os guste y al acabar levantéis las copas y brindemos: "por el amor".

En primer lugar, tres eran los sexos de los hombres, masculino, femenino y uno tercero que era común a esos dos, el andrógino. En segundo lugar, la figura de cada individuo era por completo esférica, con la espalada y los costados en forma de círculo; tenía cuatro brazos e igual número de piernas, y dos rostros sobre un cuello circular, iguales en todo y una cabeza, una sola, sobre estos dos rostros situados en direcciones opuestas, y también cuatro orejas y dos órganos sexuales.

Eran tren los sexos y de tales características por la siguiente razón; lo masculino era un principio descendiente del sol, lo femenino de la tierra y lo que participaba de ambos de la luna. Eran terribles por su fuerza y su vigor y tenían gran arrogancia, hasta el punto de que atentaron contra los dioses. Entonces Zeus y los demás dioses deliberaron lo que debían hacer con ellos, y se encontraban ante un dilema, ya que ni podían matarlos fulminándolos con el rayo como a los gigantes, porque entonces desaparecerían los honores y sacrificios que los hombres les tributaban, ni permitir que siguieran siendo altaneros. Al fin, Zeus tuvo una idea y dijo “Ahora mismo voy a cortarlos en dos a cada uno, y así serán al mismo tiempo más débiles y más útiles para nosotros, al haber aumentado su número”. Dicho esto, fue cortando a los hombres en dos. Y a todo aquel al que iba cortando, ordenaba a Apolo que le diera la vuelta al rostro y a la mitad del cuello en la dirección del corte, para que, al contemplar su seccionamiento, el hombre fuera más moderado, y le ordenaba también curarle lo demás. Apolo iba recogiendo la piel que sobraba de todas partes en lo que ahora llamamos vientre y la ataba haciendo un solo agujero en mitad del vientre resultando lo que precisamente llaman ombligo.

Una vez que la naturaleza de este ser quedó cortada en dos, cada parte echaba de menos a su mitad y se reunía con ella, se rodeaban con sus brazos, se abrazaban la una a la otra, anhelando ser una sola naturaleza, y morían por hambre y por su absoluta inactividad, al no querer hacer nada los unos separados de los otros y perecían.

Mas se compadeció Zeus y se ingenió otro recurso: trasladó sus órganos genitales a la parte delantera e hizo que por medio de ellos tuviera lugar la concepción en ellos mismos. A fin de que, si en el abrazo se encontraba hombre con mujer, engendraran y siguiera existiendo la especie, y si se encontraba hombre con hombre hubiera al menos plenitud de contacto.

Desde hace tanto tiempo pues, es el amor de unos a otros innato en los hombres y aglutinador de la antigua naturaleza, y trata de hacer un solo individuo de dos, y de curar la naturaleza humana. En consecuencia, cuantos hombres son sección del ser común que en aquel tiempo se llamaba andrógino, son aficionados a las mujeres, y, su vez, cuantas mujeres son aficionadas a los hombres proceden también de este sexo. Pero cuantas mujeres son sección de mujer se interesan por las mujeres y cuantos son sección de varón persiguen a los varones.

Así pues, cuando se tropiezan con aquella verdadera mitad de sí mismos, entonces sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor, de manera que no están dispuestos a separarse unos de otros ni siquiera un instante. Pues la causa de esto es que nuestra antigua naturaleza era esa que se ha dicho y éramos un todo; el anhelo y la persecución de ese todo recibe el nombre de amor. (Platón,  "El Banquete")

11/5/10

Es difícil, pero lo conseguiremos

Un día cualquiera te planteas cómo es tu vida y cómo será tu futuro. Este problema filosófico existencial te atormenta con relativa frecuencia. Caprichos de hacerse mayor. Tienes veintipocos o veintitantos, un currículum y escaso dinero, unos principios más frágiles de lo que crees y algunos sueños imposibles. Para aliviar el sabor amargo o buscar respuestas amables existen algunas opciones:

Si la hora es la adecuada, muchos optarán por darse a la bebida, frágil pero inmediato consuelo de muchas  penas cotidianas. Los más afortunados organizarán viajes por los confines del extrarradio o la estratosfera, buscándose a si mismos en otros caminos. Los idealistas se sumergerán en la música o la literatura, cuevas secretas donde todo es posible.

Pues bien sabed que ,cada vez con más frecuencia, la solución a todos nuestros problemas se encuentra aquí mismo. Sí, sí, acérquense (atención con chocarse). IN TER NÉ.  ¿No sabeis cómo será vuestro futuro? Amigos mios, el horóscopo es cosa del pasado. Preguntad al tío Google. Lo sabe todo



Eliminando la opción de convertirnos en lejía, el futuro puede ser lo que nosotros queramos que sea.

9/5/10

Te espero en los conciertos

La piel de gallina. Metros de distancia desde el escenario hasta esta butaca. Entonces suenan unos acordes repasados miles de veces, una guitarra rasgada y una voz. Es como estar en todos lugares y en ninguno; al borde de las lágrimas sin sentido; en los márgenes de todas las páginas que te quedan por escribir.

Los años, los discos y los besos pasan volando sin que pueda atraparlos. Los recuerdos se enredan mientras en voz baja canto esa canción que siempre despierta los fantasmas y los sueños.

Alrededor, dos caras amigas y tantas otras invisibles. Pero todas esas pupilas comparten algo. Esa alegría efímera que dentro de unos minutos empezará a gotear por las paredes de este edificio abarrotado. Comparten la ilusión y el pasado.

Vuelvo a casa con la huella de un par de canciones infinitas. Pero algo ha cambiado.

No todos los viajes al pasado son buenos. A veces recuerdas más de lo que puedes soportar. A veces ciertas canciones encienden deseos que parecían apagados. Ni siquiera la lluvia insistente después de medianoche borra algunos miedos.

La mañana después hay dos opciones: caminar por las aristas de la melancolía o quizás....quizás me decida a ser valiente.



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Palabras después del concierto de Quique Gónzalez en el Palacio de Congresos (7/05/2010)

7/5/10

Velos y Desvelos

Érase una vez una chica de 16 años llamada Nawja. Nunca había aparecido en los periódicos, ni en las televisiones, ni en boca de todos. Pero, un día, un pañuelo sobre su cabeza, le abrió las puertas de la fama.

En el colegio público al que acudía, existía una norma que decía así: “en el interior del edificio no se permitirá el uso de gorras ni de ninguna otra prenda que cubra la cabeza”.

Es muy probable que, antes de Nawja, otros muchos adolescentes con brotes de rebeldía hayan acudido a esas mismas aulas con gorros en la cabeza y tras un “Quítate eso”, problema resuelto. Quizá incluso haya ocurrido que algún niño enfermo de cáncer y sufriendo las consecuencias de la quimioterapia, haya entrado en clase cubriéndose la cabeza con un pañuelo. Pero el dedo acusador sólo apunta al hiyab. Y aun así, desde este colegio de Pozuelo se apresuran en decir que aquí no entran cuestiones de religión ni de cultura.

Una vez encendida la mecha, la explosión es inminente. Los medios de comunicación se suben al tren de la polémica y se visten de palabras vacías, intoxicadas.  Luego, ese tren va perdiendo velocidad y llega el silencio. Ahora que en las portadas se vuelve a hablar de Grecia e Inglaterra, hay que decir algunas cosas sobre todo este asunto del hiyab.

España no es un estado laico (que separa Estado e Iglesia y que, entre otras cosas, no permite símbolos religiosos en el espacio público), ni laicista (el Estado rechaza todas las religiones). Es un estado aconfesional, y esto implica que, aunque ninguna confesión tiene carácter estatal, los poderes públicos deben tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española. No lo digo yo, lo dice la Constitución Española, que también recuerda que existen acuerdos de colaboración con todas las confesiones religiosas y, en concreto, con la Iglesia Católica. De manera que los intentos de eliminar cualquier símbolo religioso de espacios públicos deberán sortear ciertos obstáculos en el plano legal; por no hablar del sociológico ya que este país, acuda o no a misa, se declara, en su mayoría, católico (Barómetro del CIS de 2008: el 72% de los encuestados se declaró católico)

Numerosas voces claman estos días contra el velo islámico repitiendo que es éste el símbolo de la discriminación de la mujer en el Islam. Si la discriminación de la mujer en el Islam sólo se manifestara en el velo, ello sería  más bien motivo de alegría y no de enfado. ¿De verdad alguien se cree que si se prohibe el velo se acaba para siempre con la discriminación?

Además, detrás de discursos que pretenden ser odas a la tolerancia, se esconde un absoluto desconocimiento de una frase tan cierta como simple: “En todas partes cuecen habas”. ¿Qué quiero decir? Pues que la discriminación de la mujer es el lastre de la inmensa mayoría de las religiones del mundo. Sin ir más lejos, dice el Génesis “3:16 A la mujer le dijo: "Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará”.

No sé cual es la solución al problema, ni cuanto de utópico tiene el deseo de construir una sociedad multicultural en la que se respeten todas las religiones y creencias. Pero si creo en la libertad por encima de la prohibición. Cualquier manifestación de una religión, creencia o ideología que no atente contra los derechos fundamentales del resto de las personas debería estar permitida.

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Aquí, unas palabras de Manuel Vicent sobre este tema. Muy acertado, como siempre

"Es inenarrable la cantidad de cosas que se ha puesto la gente en la cabeza desde el inicio de la historia. Algo muy extraño debe de esconder el cerebro cuando existe el instinto de cubrirlo o de prolongarlo con toda clase de prendas y cachivaches, cada uno con un significado: el velo, la mantilla, la gorra de plato, el solideo, el kipá, la tiara, la toca, el sombrero borsalino de Al Capone, el casco, el gorro de cocinero, el bonete, el turbante, la corona imperial o la boina capona"